El Padel tiene una Villa Nueva para practicarse.

En medio de la pandemia y por haber interrumpido un proyecto inicial de canchas de futbol. La Familia Villanueva construyo una cancha de Padel.

Para una familia creyente, el termino frecuentemente utilizado “para Dios nada es imposible” es una realidad. Con mucha fe y esfuerzo físico y económico, cumpliendo con todos los protocolos, se animaron a invertir en este proyecto con mucho cuidado por el Covid.

Lo que supo ser taller al frente, detrás repuestos y chatarra, más atrás árboles y frutales y la barda misma; hoy es lugar de esparcimiento deportivo.

La familia, con Manuel al frente presentaron un proyecto para confección de canchas deportivas ante el HCD, cuestión que se le dio al recibir un lote que rápidamente limpiaron emparejaron y construyeron lo básico para iniciar, pero la pandemia les impidió continuar.

Con todo ese material comprado, listo para ser utilizado, idearon entre todos la posibilidad de construir algo en el terreno familiar, algo que pudiera ser factible por el espacio. Dios mediante, todos de acuerdo. El material sería útil para la cancha de Padel.

Comenzó el movimiento de suelo, la quita de lo que ya no servía, la toma de medidas para las dimensiones correctas y de a poco pero a mano firme, ladrillo por ladrillo se comenzó a ver el fruto del esfuerzo.

Fueron meses de pandemia, también de cuidado pero detenerse no fue la opción. Por el contrario con todas las exigencias de propios y extraños se continúo diariamente con las tareas a fin de lograr el objetivo fijado.

La fe mueve montañas, la familia Villanueva en plena comunión con Dios, idealizo, proyecto y construyo la Cancha de Padel. La que comenzó a funcionar a partir de junio y a convocar a practicantes de toda la ciudad.

“Villa Padel”, denominación que viene como pelota a la paleta. Es que el lugar parece una villa deportiva, con sanitarios, tribunas, sombra, un sitio de gastronomía, y otro para el tercer tiempo.

Aquí practican diariamente y por turnos, todas las categorías. Días para el juego y el entretenimiento, juntada de amigos, familia. Competencia en breves torneos. Y un movimiento constante de vecinos de nuestra localidad y la región (Loncopue, Caviahue, entre otras) quienes ataviados con la clásica ropa deportiva llegan hasta Villa Pádel para entrenar, descargar energía, divertirse, aprender, enseñar, disfrutar. O solo mirar y gozar de una jornada diferente en la localidad.

Villa Pádel se sumó a las que ya hay en la ciudad,  en el centro la histórica de la Familia Catalán, inclusive la primera cancha. Luego la de Raíces Pádel Club. Y las de Fuerzas Armadas y de Seguridad.

Desde junio a esta parte, ha sido muy utilizado. Incluso y escrito por Fabián Cares en LMN, el Pádel en Las Lajas es orgullo y menciona a dos de las ranckeadas a nivel provincial y nacional, Romina Guzmán y Gabriela Riquelme.

Lo que hace llamativa la actividad al poner estos ejemplos, que no hacen más que llevar al Pádel local a las competencias de la zona, la provincia y el país con el alto estándar demostrado.

Manuel Villanueva no deja de expresar su agradecimiento a Dios por su familia, por sus hijos. Los que invirtieron y apostaron al desarrollo de la localidad. Desde su inicio han ido ocurriendo agradables consecuencias, los turnos, la venta de indumentaria y artículos deportivos, el lugar para la gastronomía criolla (tortas, asadito, choripán, y lo que dé).

Bien por Villa Pádel, al que podes acceder acercándote al final de la Calle Alberdi frente al EPEN, o llamar al celular o bien ingresar al Facebook del lugar.

Este proyecto que finalmente se hizo en pandemia dejo uno previo en proceso, el de las canchas de futbol sobre el loteo existente detrás del derruido Fortín que quedó como recuerdo de lo que alguna vez pudo haber sido lugar de resguardo.

Lo cierto es que pronto se verá a la familia cumpliendo con el objetivo primero. Hoy él es Pádel, a futuro el Futbol. Todo apuntando al crecimiento y desarrollo de Las Lajas, desde lo deportivo.

Golpea y se te abrirá, pide y se te dará. Para Dios nada es imposible.